jueves 25 de abril de 2024
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SALUD

No todo brilla bajo el sol: los riesgos de la sobreexposición solar

Los casos de cáncer de piel aumentan. Sin embargo, mucha gente sigue creyendo que no corre riesgo. Todos sabemos lo bien que se siente estar al sol, tanto es así que a menudo pasamos nuestras preciadas vacaciones disfrutando del sol en la playa.
 

El sol no solo parece ponernos contentos: investigaciones realizadas en ratones demostraron que la exposición a la luz solar genera endorfinas, conocidas como las “hormonas del bienestar”, esenciales para nuestra salud física.

La luz solar sobre la piel hace que el cuerpo produzca vitamina D, importante para la salud de los huesos, los dientes y los músculos. La carencia de vitamina D se ha asociado a mayores riesgos de enfermedades graves, como el cáncer y la enfermedad cardiovascular.

Si bien el sol puede hacernos muy bien, si no tenemos cuidado, puede tener un efecto catastrófico sobre nuestra salud. Para algunos, puede incluso resultar mortal. No obstante, son muchas las personas que aún no toman conciencia.

Cáncer de piel: una enfermedad mortal en aumento
Según la Organización Mundial de la Salud, las tasas de casos de cáncer de piel, tanto melanoma como no melanoma, han ido en aumento en las últimas décadas. Actualmente, se diagnostican en el mundo entre dos y tres millones de casos de cáncer de piel no melanoma y 132.000 casos de cáncer de piel melanoma cada año.

Uno de cada cinco estadounidenses padecerán cáncer de piel. Pero la gran mayoría no se considera en riesgo. Creemos que ese uno de cada cinco será otro.”

– Dr. Darrell Rigel, profesor clínico de Dermatología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York Twittea ésto

La buena noticia es que al menos nueve de cada 10 casos de cáncer de piel no melanoma se curan. La historia es otra, sin embargo, cuando se trata del cáncer de piel melanoma. Si bien es menos común, es también el tipo de cáncer de piel más peligroso. Este cáncer afecta a los melanocitos, células que producen el pigmento marrón de la piel, llamado melanina, que actúa como protector solar natural del cuerpo. No solo es uno de los tipos de cáncer más comunes entre las personas de 20 a 35 años, especialmente en Australia y Nueva Zelanda, sino que es el tipo de cáncer de piel con mayor tasa de aumento en el mundo.

La gran mayoría de los cánceres melanoma y no melanoma son causados por la sobreexposición a la radiación ultravioleta (UV), principalmente proveniente del sol.

La clave: nuestro comportamiento
El cáncer de piel es la forma de cáncer más prevenible. De hecho, los expertos creen que cuatro de cada cinco casos de cáncer de piel podrían prevenirse, ya que el daño causado por la radiación UV generalmente es evitable.

Si bien la mayoría de las personas hoy en día conocen los posibles riesgos de exponerse demasiado al sol, su comportamiento no necesariamente lo refleja.

“Uno de cada cinco estadounidenses padecerán cáncer de piel. Pero la gran mayoría no se considera en riesgo. Creemos que ese uno de cada cinco será otro”, explica el Dr. Darrell Rigel, profesor clínico de Dermatología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York. “Es como el tabaquismo: todos sabemos que es dañino, pero algunos deciden seguir fumando”.

“Uno de los problemas de las lesiones cutáneas y el cáncer de piel es que son insidiosos. El daño puede tardar cinco, diez o más de veinte años en verse”.

El cáncer de piel, sin embargo, no afecta solo a quienes toman sol. La gente se olvida de los riesgos de la exposición crónica y de la necesidad de protegerse a diario. Trabajar al aire libre todos los días implica un riesgo significativo. Investigaciones del Imperial College de Londres revelaron que el trabajo al aire libre podría ser responsable de una muerte y aproximadamente cinco nuevos casos de cáncer de piel melanoma cada semana.

No obstante, las investigaciones sobre cáncer de piel sugieren que, si uno pasa la mayor parte del tiempo dentro, pero luego pasa períodos breves pero intensos bajo el sol, por ejemplo, tomando sol durante las vacaciones, el riesgo de padecer melanoma es realmente alto.

La mayor parte del daño es incidental, pero sigue siendo una creencia popular que, si no sentimos que nos quemamos, no percibimos que haya un problema.

La psicología del protector solar
Una de las formas más sencillas de disfrutar del sol sin aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel es utilizar protector solar. Sin embargo, si bien han existido desde los años 30, siguen utilizándose de modo inadecuado.

Según la revista médica de la American Academy of Dermatology, la mayoría de los estadounidenses no utiliza protector solar habitualmente. El estudio reveló que es menos probable que los hombres utilicen protector solar con respecto a las mujeres: el 43,8 % de los hombres (en contraste con el 27 % de las mujeres) dijeron que nunca utilizan protector en el rostro, mientras que el 42,1 % (en contraste con el 26,8 % de las mujeres) dijeron que nunca lo utilizan en otras zonas expuestas de la piel.

Incluso cuando se utiliza el protector solar, muchas veces se hace de modo inadecuado. Según la American Academy of Dermatology, las personas que sufrieron quemaduras solares no utilizaron suficiente protector solar, no se lo volvieron a aplicar después de la exposición o utilizaron un producto vencido.

“Existen varios factores por los que la gente no se coloca el protector solar correctamente”, explica Eduardo Ruvolo, director del área de piel y cuidado solar de relaciones médicas internacionales y de Estados Unidos de Bayer. “Para algunos, resulta desagradable o grasoso, y no les gusta la sensación de tener una capa densa de crema sobre la piel. Para otros, es un paso más que se agrega a su rutina y no quieren perder tiempo en ello. Por último, hay quienes creen que los protectores solares contienen demasiados químicos dañinos y no quieren aplicarlos en su piel”.

Otro problema es la idea errónea de que no se necesita protector solar cuando está nublado, cuando, en realidad, hasta un 40 % de los rayos solares UV llegan a la Tierra en un día completamente nublado, según la Skin Cancer Foundation.

A la sombra del sol
Durante décadas, nos han advertido acerca de los peligros del sol y, sin embargo, las tasas de cáncer de piel siguen aumentando. Algunos no se protegen porque creen que no lo necesitan, mientras que otros simplemente no utilizan el protector solar de modo adecuado. En última instancia, depende de nosotros y de comprender que la comodidad a corto plazo podría acarrear problemas a largo plazo.

“Lo más importante es protegerse. Para mí las claves son: usar ropa protectora; evitar el sol del mediodía, cuando los rayos son más potentes; y utilizar protector solar habitualmente. La combinación de esas tres cosas ha demostrado disminuir verdaderamente el riesgo de padecer de cáncer de piel”, explica el Dr. Rigel.

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Por Bayer 

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